Éste fin de semana pasado, un niño de 4 años de edad se resbaló y cayó accidentalmente en la jaula de los gorilas en un zoológico de Cincinnati, Ohio. El pequeño permaneció durante varios minutos junto al gorila mientras su madre le hablaba en tono de desesperación a su hijo diciéndole "Tranquilo hijo, tu mami esta aquí contigo". De repente, el gorila realiza un movimiento inesperado, coge el niño por las piernas y lo arrastra hacia el otro lado de la piscina, ya que estaba un poco asustado por toda la gente que había gritando. El niño empezó a llorar mientras miraba al gorila en la cara y éste parecía que lo intentaba defender ya que no le intentaba hacer ningún tipo de daño.
Ante lo sucedido, las autoridades decidieron tomar acción y dispararon mortalmente al gorila Harambe de 17 años de edad. Este hecho rápidamente generó reacciones en las redes sociales en donde algunas personas responsabilizan a los padres del menor por negligencia, otros sugirieron que se le debería formular cargos por lo sucedido a los padres y hasta crearon una petición en "change.org" donde en menos de 24h recopilaron más de 8 mil firmas para hacerle justicia a Harambe.
Thane Maynard, director del zoológico de Cincinnati, explicó a los medios de comunicación lo siguiente: "La razón por la que decidimos no ponerle el tranquilizante fue porque el gorila se encontraba en una situación muy agitada y un tranquilizante tarda mucho en hacer efecto. El niño no fue atacado pero cualquier cosa hubiera podido pasar."
Mientras, los visitantes del zoológico dejan flores en memoria de Harambe que murió un día después de su cumpleaños.
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